Con el corazón lleno de agradecimiento y emoción, la comunidad parroquial de Sagrada Familia despide a la hermana Isabel Guzmán, religiosa de la congregación Hermanas Misioneras Servidoras de la Palabra (HMSP), quien, después de tres años y tres meses de misión en la ciudad de Los Ángeles, parte ahora hacia una nueva etapa de servicio en Santiago, específicamente en la comuna de El Bosque.

Su paso por esta tierra ha dejado una huella imborrable. Con su testimonio de vida, su palabra clara y su ternura de hermana mayor, la hermana Isabel colaboró activamente en diversas áreas pastorales: en la catequesis, en las misiones rurales, en los cursos bíblicos, en talleres formativos y en el caminar diocesano. “Ha sido una gran bendición contar con su presencia entre nosotros. Las hermanas son un regalo para nuestra parroquia. Que el Señor la siga bendiciendo abundantemente en su nueva misión”, expresó el Padre Pedro Mieres, párroco de Sagrada Familia.

Por su parte, la hermana Rosa Álvarez Olmos, superiora de la comunidad en Los Ángeles, compartió palabras llenas de afecto:
“Dios nos sorprende cuando todo parece ir bien. La hermana Isabel tenía un vínculo fuerte con los jóvenes, con los talleres, con cada rincón de la misión. Su partida ha sido dolorosa, pero sabemos que ha cumplido con fidelidad su misión aquí, y que ahora el Señor la envía a sembrar esperanza y alegría en una nueva tierra. La experiencia vivida en Los Ángeles —donde la fe se vive con fuerza— será sin duda un pilar para su caminar en Santiago”, añadió con emoción.

Desde esta comunidad que la acogió con tanto amor, la despedimos en espíritu de oración y unidad fraterna, confiando en que la Virgen del Magnificat la tenga siempre bajo su manto maternal. Que la hermana Isabel continúe siendo una fiel testigo del amor de Cristo Misionero en todo tiempo y lugar, llevando luz donde haya oscuridad, consuelo donde haya dolor, y Evangelio donde aún no llega.

¡Gracias, hermana Isabel, por su entrega! Le acompañamos con nuestra oración y cariño.